El problema que tienen los hornos eléctricos y en general los hornos de casa es que no retienen nada bien el calor, con lo que cuando abres la puerta para introducir, en este caso el pan, el calor se escapa bajando considerablemente la temperatura.
Un truco muy sencillo y económico (2€) es comprarte tres o cuatro ladrillos refractarios en Leroy Merlín, o en cualquier otro centro de materiales de construcción y colocarlos en la base de tu horno. Tendrás que precalentarlos para que alcancen la temperatura, pero conseguirás que tus panes crezcan más y sepan mejor. ¡Anímate y pruébalo!
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